"Gamificación" desde la biblioteca escolar

Vía Pixabay Licencia CC0 DP

Una de las herramientas que podemos utilizar para dinamizar la biblioteca escolar, para dar a conocer los servicios que ésta ofrece y para motivar al alumnado es el uso del juego. En esta entrada propongo la utilización de insignias diseñadas para implicar al alumnado, sobre todo a los lectores autónomos y expertos, en el desarrollo de la lectura entre sus compañeros/as de colegio e incluso entre otros niños/as de distintos lugares.

La insignia será un premio a aquellos alumnos/as que, tras leer fondos de los que dispongamos en la biblioteca, se animen a recomendar los que más le hayan gustado y que consideran que pueden ser relevantes para compañeros/as que estén buscando nuevas lecturas. La recomendación tendrá que escribirse y se entregará a alguno de los integrantes del equipo de biblioteca o a su maestro/a tutor, después de realizar las correcciones necesarias grabarán un vídeo en el que transmitan los aspectos básicos del libro (título, autor/a, editorial, argumento...), además de los motivos por los que le ha gustado y por qué se lo recomendaría a otros niños/as. Esta iniciativa sería al estilo de un proyecto colaborativo que se llevó a cabo hace algún tiempo, como fue Kuentalibros.

Se podrán alcanzar hasta tres insignias, con distintos requisitos cada una:

• Miniasesor: esta insignia de color marrón se conseguirá cuando realice tres reseñas de libros de un tramo de lectores, teniendo en cuenta que estos serán Prelectores, Primeros lectores, Lectores autónomos y Lectores expertos.
• Asesor: esta insignia de color gris se obtendrá cuando realice más de tres recomendaciones dirigidas a dos tramos de lectores.
• Superasesor: se concederá esta insignia cuando el alumno/a haga más de cinco reseñas dirigidas a por lo menos tres tramos de lectores.

Todos los vídeos serán publicados en el blog de la biblioteca escolar y en la sección de biblioteca de la web del centro, además los fondos recomendados se señalizarán físicamente en los libros dispuestos en las estanterías.

¿Gamificamos la biblioteca?